La Virgen María, bajo la advocación de Perpetuo Socorro, es la Patrona de las misiones redentoristas. El Papa Pío IX, fue quien entregó en 1865 el icono de la Virgen a los Misioneros Redentoristas con el encargo de: “Denla a conocer por todo el mundo”. Desde entonces los Misioneros Redentoristas la hemos llevado en todas las misiones populares como la primera y más eficaz misionera.
LA HISTORIA DEL ICONO
Muerto el comerciante, tras reticencias de la familia que lo guardaba y amonestaciones severas recibidas de lo alto, la madre de familia lo entregó a la iglesia de San Mateo. En este templo permaneció el icono durante tres siglos, recibiendo culto concurrido y correspondiendo con hechos milagrosos. En 1798 las tropas de Napoleón entraron a saco en Roma y destruyeron, entre otros, el templo de San Mateo. Los religiosos agustinos, que habían atendido a San Mateo, se retiraron con el icono a una pequeña capilla, quedando allí sin culto popular y en el olvido.
En 1865, en una encrucijada de circunstancias providenciales, el icono es descubierto y entregado por el Papa Beato Pío IX a los misioneros redentoristas. Éstos habían levantado iglesia nueva y Casa Generalicia en terrenos que antaño ocupara el templo de San Mateo; por otra parte, el único rastro para la localización del icono lo conocía el P. Miguel Marchi, que de pequeño fue monaguillo en la capilla donde vio el cuadro, y que ahora era redentorista.
El Superior General de la Congregación, P. Nicolás Mauron, solicitó el icono al Papa,apoyando la solicitud en varias razones: la Virgen del icono manifestó, al llegar a Roma, que quería ser venerada entre Santa María Mayor y San Juan de Letrán y lo fue en San Mateo, ahora la iglesia del Santísimo Redentor y San Alfonso ocupaba el mismo lugar; además, un redentorista era el eslabón de enlace entre el ayer y el hoy; por otra parte, los redentoristas, desde su fundador San Alfonso, son enamorados de la Virgen María en su vida congregacional y en su ministerio misionero. El Papa firmó el documento de cesión del icono a los redentoristas para la iglesia de San Alfonso, en Roma, el día 11 de diciembre de 1865 y se instauró el culto solemnemente el 26 de abril de 1866.
LA UNIVERSALIDAD DEL CULTO
Desde esta fecha, ha sido una auténtica simbiosis espiritual María del Perpetuo Socorro y redentoristas. Ella los ha acompañado por los caminos de su ministerio y ellos han instalado su icono en todos los rincones del mundo, siguiendo el encargo de Pío IX.
